viernes, 1 de junio de 2012

Las culturas de napo

                                              Los Quichuas 
Los Quichuas Del Napo Al occidente de la provincia, entre los ríos Napo y Coca, así como en la provincia de Pastaza, existen concentraciones de indígenas de la selva tropical. Se los conoce como Napo quichuas o quichuas amazónicos porque comparten una misma tradición linguística y en muchos aspectos también cultural. Su número es aproximadamente de 60 mil.
Su territorio se divide en zonas familiares llamadas “Llactas” dentro de las cuales cada grupo nuclear posee su propia parcela o “chacra. Sus ocupaciones son la caza, la pesca y la agricultura. Actualmente numerosas familias se dedican a la crianza de ganado para luego comercializarlo en los pueblos.
Cada grupo familiar tiene un “shamán” llamado “banco” que es respetado en la comunidad y considerado el mediador entre lo espiritual y lo humano. En los relatos de sus antepasados se destaca el guerrero Jumandy que se rebeló dos veces y quemó Archidona. En la actualidad los quichuas del Napo tienen problemas de tierras debido al avance de la colonización. 
Hoy en día, el kichwa es comúnmente hablado no sólo en la selva y las montañas ecuatorianas, pero también en todos los países limítrofes. La extensión de su influencia explica que existan numerosos dialectos y grandes diferencias entre las culturas de las comunidades quechua. Estas diferencias se expresan por la precisión de su origen geográfico (así, los indios kichwas del río Napo).

Los kichwas del Oriente (Amazonía ecuatoriana) son la población indígena más numerosa de las seis nacionalidades presentes en la Amazonía Ecuatoriana. Representan alrededor de 60 000 personas.

El sistema tradicional de la comunidad kichwa está caracterizado por la solidaridad y la igualdad, colocada bajo la autoridad carismática de un capitán (animador social) y la autoridad espiritual de un chamán.

Las actividades se hacen en grupo, con separación entre las tareas del hombre (construcción, pesca, caza...) y las de la mujer (trabajos a realizar cerca de casa, la chacra, ocuparse de los niños, de la casa...). Las mujeres son, en general, las que trabajan más.

La sociedad kichwa es esencialmente machista y deja poco la palabra a las mujeres.

La selva ha satisfecho las necesidades de la comunidad procurándole materiales de construcción, comida o plantas medicinales. Los indígenas son cazadores, pescadores y cultivadores y dedican una gran parte de su tiempo a la artesanía y a los trabajos colectivos (mingas) para construir habitaciones y piraguas.
 
 
 
                 
 

Los kichwas son igualmente buenos agricultores que cultivan la yuca, el banano, el cacao, el arroz, el maíz, el café, las judías. Se trata de cultura de huerta y comercial para los mercados de Tena.

Hasta hace poco, los contactos con el exterior eran extremadamente reducidos, hasta inexistentes debido a las difíciles vías de acceso y a los mitos sobre la región y su población. Los indígenas sólo asistían algunas veces al año a los mercados locales. 
 
 
 
 
Los Aucas O Huaoranis Su territorio está ubicado al noreste de la región amazónica, Entre los ríos Napo y Curaray. Son aproximadamente mil personas cuya subsistencia se basa en productos agrícolas, la caza y la pesca. Debido a la acción de grupos misioneros, la mayoría de la población Huaorani está concentrada en un territorio de 60 mil hectáreas.
La vivienda es de forma rectangular, con techo a dos aguas y cubierta de hojas de palma entretejidas. En su interior cuelgan las hamacas y guardan los utensilios de caza y de cocina. Viven completamente desnudos pero la presión civilizadora empieza a generalizar la vestimenta occidental. Su idioma es el Huao pero debido al influjo de los misioneros empiezan a adoptar el quichua y el castellano. 
 
Los  huaoranis, antiguamente conocidos como aucas o aushiris, fueron los últimos indígenas en conservar intactos sus orígenes ancestrales después de la conquista española en el siglo XIV, que ocasionó la muerte de un millón de nativos en la parte Andina de Sudamérica.
Los huaos vivían apartados del contacto con el blanco, dormían en los árboles y estaban completamente desnudos. Ahora queda un reducido grupo en estado primitivo: los Tagaeris (pies rojos en idioma kichua) quienes viven aislados en nomás de 140 personas, pero que habrían sido exterminados por otro grupo: Los Taromenane
El proceso de dominación del grupo huaorani, comenzó con el establecimiento de misiones evangélicas, en su territorio,  a través del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) de Estados Unidos, a quienes el Gobierno ecuatoriano entregó una de las más importantes tareas: la educación. El objetivo del ILV estuvo directamente vinculado al de las empresas petroleras, incluyendo la pacificación y sedenterización de este grupo, para permitir las labores de exploración y explotación petrolera, lo que dio paso a la aculturación del pueblo huaorani.
Antes de la época evangelizadora, los huaoranis fueron víctimas del auge cauchero (1880-1920), por las correrías de los productores de caucho que cazaban a los indígenas para venderlos en Manaos (Brasil), Iquitos (Perú) y Madre de Tierra (Bolivia).
Los primeros contactos con los huaoranis los hicieron evangélicos del ILV en 1956, cuando luego de varios contactos llegaron a la zona del río Curaray (Pastaza) arrojando desde el aire machetes, picos, para que construyan una pista y lograron aterrizar, en una playa a orillas del río Curaray, a 1300 metros de lo que es hoy Toñampari, los primeros 5 misioneros del ILV:, quienes un 21 de enero de 1956, aparecieron muertos, atravesados por varias lanzas.
Después de este fatal episodio, dos años más tarde, en 1958, parte de los huoaranis entraron en contacto con el ILV cuando el gobierno ecuatoriano les adjudicó 1600 kilómetros cuadrados.
ORGANIZACIÓN
Con la presencia evangelizadora del Instituto Lingüístico de Verano de los Estados Unidos por los años 50, se inició un proceso de aculturación del pueblo Huao que les permitió entrar en contacto con la civilización del blanco, y más la presencia petrolera marcó la pauta para que este pueblo indómito inicie un largo proceso de organización en comunidades que concluyeron con la creación de la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana, ONHAE, en 1986, con Acuerdo Ministerial No.100050, estableciéndose la sede en Puyo, Pastaza. 
CONSTITUCION, TERRITORIO Y UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Con la aplicación del Plan Nacional de Desarrollo (1980-1984) el Gobierno entregó a los huaoranis 716.000 hectáreas de tierras, bajo el sistema de propiedad comunitaria (sin embargo se hicieron concesiones petroleras en estas áreas de influencia huoarani). Finalmente en 1990, se les legalizó 612.560 hectáreas.
Actualmente los huaoranis ocupan un área de 613.070 hectáreas, legalizadas, decretada por el gobierno como zona intangible, a más de la reserva del Parque Nacional Yasuní que según el dirigente pertenece a los huaoranis y en este parque se encuentran 5 comunidades, de las 36 en total ubicadas en las provincias de Pastaza, Orellana y Napo.  De estas 36 comunidades, 24 tienen escuelas y 12 carecen de ellas, además no se incluyen a los Tagaeris y Taromenane.
Los Huaoranis están ubicados en las riberas de los ríos Curaray, Nushiño, Mandoroyacu, Tigüino, Shiripuno, Tiputini y Cononaco en el Norte Amazónico Ecuatoriano, (entre el río Napo, al norte, y el río Curaray, al sur).
Entre las comunidades huaoranis, encontramos: Toñampare, Tzapino, Tihueno, Quiwado (Qihuaro), Quenahueno, Daimutaro, Tigüino, Shiripuno, Huahano y Golondrina Cocha, en Pastaza; Dayuno, Dayuma, Tiputini, Yasuní, Tivacuno y Cononaco, en Napo y Orellana.
POBLACIÓN
Según la ONHAE actualmente los Huoaranis suman cerca de  3 mil habitantes en las provincias de Pastaza, Napo y Orellana, distribuidos en 22 comunidades, de las cuales 12 están en Pastaza.
Las comunidades huoranis en Pastaza son: Toñampare (la más poblada e importante, cuenta con una escuela y colegio), Tzapino, Tihueno, Quiwado-Quihuaro, Quenahueno, Daimutaro, Wamono, Tigüino, Shiripuno, Huahano.
CULTURA Y LEYENDA TAGAERI
Los Huaorani han sido un pueblo de hábiles cazadores y de guerreros, que ocupaban un hábitat básicamente interfluvial. Su economía, organización social y mundo espiritual son modelos asombrosos de adaptación continua al medio ambiente selvático.
Héctor Vargas, antropólogo y guía de selva, reveló que un líder huaorani narró la verdadera historia de la muerte de monseñor Labaca, en 1987. “Labaca y la madre Arango, penetraron a la zona tagaeri, en el Tigüino, al sur de Pastaza; a la llegada de los misioneros un niño tagaeri estaba enfermo y murió al siguiente día, por lo que los tagaeris culparon a los blancos de esta muerte y decidieron matarlos”. Esta revelación la hizo  una joven mujer tagaeri que fue capturada por los huaoranis con el propósito  de establecer un lazo de amistad con sus hermanos tagaeris, pero no fue posible y tuvieron que devolver a la joven ya que les amenazaron con matarlos.
Los tagaeris viven en medio de la mitología y leyenda ancestral Huaorani, de su dios protector la selva y su ángel el águila, cada vez que vuela alto no hay peligro, y cada vez que llega cerca el peligro acecha y hay que prepararse para la guerra.
Los tagaeris han sido  un grupo minúsculo, un clan consanguíneo que ha profundizando su propia extinción.
Costumbre ancestral: Los huaoranis “civilizados” aún mantienen la costumbre de castigar a un niño cuando no obedece las normas del padre y la comunidad. Los niños pasados de un año de edad, son atados a un árbol y le castigan con un bejuco del monte, explica Juan Enomenga de la dirigencia huaorani. “También se conserva el matrimonio por concesión, cuando un joven es sorprendido con su novia, inmediatamente el padre de la novia lo obliga a casarse con este”. Los huaoranis son ancestralmente monógamos y no han practicado la monogamia, aunque sí se casan entre cuñado a la muerte de uno de los dos cónyuges.
Los Tagaeris y Taromenane
El nombre del grupo Tagaeri o Tagairi, se deriva del jefe Tagai o Taga, quien a fines de los anos 60 reagrupó a algunos huaoranis que querían mantener su sistema social y cultural ancestral sin influencia externa, rechazando la política de reducción impuesta por el Protectorado bajo control del Instituto Lingüístico de Verano, así los Tagaeris se aislaron, al iniciar una progresiva migración desde la región del alto Tiputini hacia los ríos Tigüino y Shiripuno.
Durante los últimos lustros los pocos contactos con los Tagaeris han estado marcados por la violencia, particularmente durante la exploración en los bloques 16 y 17, del territorio Huao, a cargo de las petroleras YPF (Maxus) y Petrobras. Entre 1977 y 1979, murieron siete trabajadores petroleros que realizaban trabajos con detonaciones de dinamita, lo que asustó a los tagaeris despertando su furia “salvaje".
La iglesia católica entró en el escenario del pueblo Huaorani, a raíz de la presencia petrolera; el objetivo era ubicar a los últimos huaoranis que estaban en estado primitivo: los tagaeris.
El religioso español, Mons, Alejandro Labaca y la misionera colombiana Inés Arango, salieron el 21 de julio de 1987 desde el campamento de la petrolera CGG, del bloque 16, para realizar su primer contacto con este grupo primitivo, cuyo caserío fue descubierto el 10 de abril del mismo año por el propio sacerdote, a 3 Km. al sur del río Tigüino, en Pastaza.
Cuando el helicóptero ICARO fue al sitio, al día siguiente, 22 de julio de 1987, para traerlos de retomo, el horror se apoderó de los tripulantes al encontrarlos muertos al pie de una choza, atravesados por más de 220 lanzas de hasta tres metros, según la narración realizada después por los Capuchinos.
Los tagaeris han demostrado su rechazo no solo con la sociedad blanca, sino también con los demás indígenas, con quienes mantienen un estado de guerra, como lo sucedió en noviembre del 2000, cuando mataron a dos kichwas.
En 1992, trabajadores dedicados a la explotación sísmica en el Parque Nacional Yasuní tuvieron enfrentamientos con otro grupo Huaorani no contactado y desconocido hasta y desconocido hasta entonces. Los Taromenane.
En 1993, algunos Huaorani de Tiguino, ingresaron al territorio Tagaeri y raptaron a una joven mujer llamada Omatuki, quien habló de los Tagaeri y sus posibles relaciones con los Taromenane. Este grupo habría dominado a los tagaeris.
Según algunos huaoranis, existirían otros grupos más que no han sido contactados, y que viven selva adentro
 
 
  

Huaorani

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huaorani o waorani
Otros nombres huao, sabela, auca, auishiri
Población total 1200
Idioma huao terera (wao tededo)
Asentamientos importantes
1. Pastaza (Bandera de Ecuador Ecuador)
Los huaorani o waorani (también llamados sabela, auishiri, auca y huao) son un pueblo amerindio que habita al noroccidente de la Amazonia, al oriente de Ecuador. Los huaorani se subdividen en los grupos toñampary, quenahueno, tihueno, quihuaro, damointaro, zapino, tigüino, wamono, dayuno, quehueriuno, garzacocha (río Yasuní), quemperi (río Cononaco), mima (en el curso medio del río Cononaco),[1] Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri.

Territorio

Por siglos los huaorani han defendido su territorio ancestral de enemigos indígenas y coloniales, pero actualmente está amenazado por la exploración petrolífera y prácticas ilegales de registro de tierras. Está situado entre el río Curaray y el río Napo, cerca de 80 kilómetros al de Dureno, en un área de aproximadamente 30 mil km².

Lengua

Los huaorani hablan huao terero, transcrito también como wao tededo, una lengua aislada, y son unas dos mil personas. En los últimos 40 años, una parte de ellos se ha asentado en establecimientos permanentes en la selva. Pero, cinco comunidades, tagaeri, huiñatare, oñamenane y dos grupos de taromenane, han rechazado todo el contacto con los no huaorani, y se mueven continuamente en áreas más aisladas, generalmente en dirección de la frontera peruana.
La palabra huaoo significa simplemente 'humano', en huao terero. Antes del siglo XX, huaorani señalaba solamente a aquellos con relaciones de parentesco con el hablante. Otras personas del mismo grupo étnico fueron llamados huaomoni, mientras que los forasteros eran designados con el término despectivo cowode 'caníbal malvado'. El uso de huaorani como un término para el conjunto de este pueblo, emergió en los últimos cincuenta años pasados en un proceso del etnogénesis, que fue acelerado por la creación de la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana, ONHAE, un servicio de radio y una liga del fútbol. También funciona la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonia Ecuatoriana, AMWAE.

Relación con el medio

El huaorani tiene un conocimiento elaborado de la vida de las plantas de la selva circundante. Una de sus habilidades más elaboradas es la extracción del curare, una neurotoxina potente, para su uso en dardos para cerbatanas en la caza y en la guerra. Frecuentemente cazan monos. Actualmente algunos Huao trabajan en un proyecto etnobotánico para documentar, y preservar su conocimiento de la vida de las plantas y de sus aplicaciones.
Para la cosmovisión huaorani no hay distinción entre el físico y los mundos espirituales y los espíritus están presente a través del mundo. Creen que alguna vez el mundo entero era un bosque ömë. La selva es la base esencial de su supervivencia física y cultural. Para ellos, el bosque es la casa, mientras que el mundo exterior es inseguro: El vivir en el bosque ofrece la protección contra la brujería y los ataques de la gente vecina. Ellos sintetizan esto diciendo: "los ríos y los árboles son nuestra vida." (Kane 1995:199). El bosque teje la tela de la vida y de los conceptos de cada Huaorani sobre el mundo.
Es notable su detallado conocimiento de la geografía y la ecología. Las plantas, especialmente los árboles, tienen un interés complejo e importante para el Huaorani. Su almacén de conocimientos botánicos es extenso e incluye los venenos, alucinógenos y las medicinas. También relacionan las plantas con sus propias experiencias. La palma del chontaduro Bactris gasipaes es usada para hacer las lanzas y cerbatanas, además de producir la fruta, y se asocia con los antepasados. La Balsa Ochroma lagopus es usada con propósitos ceremoniales .
El huaorani cree que los animales de su bosque tienen espíritu. Esto es la base de una mezcla peculiar de las prácticas que reconocen y respetan animales, pero no los blinda del daño para el uso humano. La caza provee una parte importante de la dieta de Huaorani y es de significación cultural. Para contrapesar la ofensa de la caza, un chamán demuestra respecto a través de la preparación ritual del curare usado en los dardos. La caza con tales dardos no se considera matar, sino recuperación, cosecha de los árboles. Tradicionalmente, limitaron las especies buscadas a los monos, aves, y pecarís. Nunca cazan tampoco venados y tampoco ninguna serpiente ni el jaguar ni otros depredadores carnívoros como el águila. Se supone que los Huorani descienden de la unión de un jaguar y un águila y que las serpientes son un presagio muy malo y la matanza de ellas es un tabú de gran alcance.
La pesca y el cultivo de la yuca son muy importantes para completar la dieta de los huaorani.

Matrimonio

Un muchacho puede casarse con una prima cruzada, hija de una hermana de su padre o un hermano de su madre. Los hombres pueden tener varias esposas.

Derechos territoriales

En 1990, los huaorani lograron el reconocimiento de su propiedad colectiva sobre una reserva indígena de 6.125,6 km², que les permitirá una existencia semi-autónoma. Un proceso de demarcación está en curso para delimitar esta región con una cerca de árboles, para desalentar la colonización. El parque nacional de Yasuní se traslapa con la reserva huaorani y proporciona una cierta medida de protección del medio ambiente. Además, el gobierno ha creado una zona protegida para evitar el contacto con los tagaeri.
El título sobre la tierra no se extiende al minerales subsuelo y excluye por tanto los yacimientos de petróleo. El gobierno de Ecuador ha otorgado contratos sobre la zona a las corporaciones multinacionales del petróleo. Los derechas de perforación petrolífera provocaron el conflicto de nuevo en 2005, y los Huaorani han desafiado la concesión del gobierno nacional del "bloque 31" para 1.000 km² del parque Yasuní. Una delegación de más de 100 Huaorani a Quito en julio de 2005 e invitó a retirarse de Yasuni.

Representación

El Consejo Byle Huorani es la asamblea de toda la nacionalidad huaorani. En los años 1990 fue creada la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana, ONHAE, su organización de mayor representación. La ONHAE es miembro de la CONFENIAE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana) y de la CONAIE.

Cine

En 2005, Jim Hanon rodó la película El final del Espíritu (End of the Spear), protagonizada por Louie Leonardo, Chad Allen y Jack Guzman (como Mincayani, Nate Saint/Steve Saint y Kimo respectivamente), que narra la historia real de un grupo de misioneros cristianos que en 1956 se propone llegar a la tribu Waorani (la Operación Auca). Tras la muerte de los 5 misioneros a manos de los Waorani, se desarrollan una serie de acontecimientos que hacen cambiar la vida de la tribu.


SHUAR

Debido a que el Shuar ha sido un pueblo eminentemente guerrero y además porque antiguamente tenían la costumbre de hacer después de sus guerras, el rito de la reducción de la cabeza de sus enemigos, conocido como Tsantsa a fin de poder preservarla como trofeo de guerra; han sido generalmente conocidos en forma despectiva como Jíbaros o salvajes; denominación que rechazan por su contenido etnocéntrico y racista; por ello reivindican su derecho a autodenominarse como Shuar que significa, gente, persona.
Los temibles “jíbaros” dominaron la selva amazónica hasta finalizar el siglo XIX, predominantemente en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe, no fueron sometidos por los colonizadores. La llegada de la misión Salesiana, que cobró fuerza a partir de 1930, provocó la nuclearización de los asentamientos y nuevas formas de organización que culminaron con el establecimiento de la Federación Shuar en 1964.
Los misioneros Salesianos, iniciaron el proceso de cristianizar a los shuar, durante varios años, y los primeros misioneros fueron prendidos de los temidos guerreros, aunque la historia occidental no señala cuántos misioneros murieron en manos de estos legendarios indígenas, transformados en tsantsas.
Los shuar fueron dejando su lado guerrero tenuemente y sometiéndose a la pacificación impuesta por los misioneros; en  ese proceso varios shuar continuaron huyendo hacia el sur, que fueron expandiéndose en comunidades inmersas en diferentes zonas de Amazonía del Ecuador, en las provincias de Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, hasta el territorio que hoy corresponde al Perú.
ORGANIZACIÓN
Hasta hace poco la Nacionalidad Shuar, solo estaba integrada y organizada en dos grandes agrupaciones: la Federación Interprovincial del Pueblo Shuar del Ecuador, FIPSE, con sede en Macuma, y la Federación Indígena de Centros Shuar, Ficsh, con sede en Sucúa, ambas en Morona Santiago mismas, que representaban al mayor número de indígenas shuar, pues el 65% de su población se encuentra en la provincia de Morona Santiago y, el otro 35% entre las provincias de Zamora Chinchipe y Pastaza.
Los shuar de Pastaza venía canalizando, desde hace mucho tiempo, obtener un organismo que los represente y recoja sus propias aspiraciones, en vista que no estaban integrados a estas dos federaciones y sobre todo por la distancia que los separaba; estaban aislados, no participaban de las propuestas y resoluciones que adoptaban las asambleas de estas dos grandes federaciones; tampoco intervenían en sus decisiones, por lo que buscaron conformar su propia federación  con sede en Puyo, para agrupar  e integrar a las comunidades shuar de la jurisdicción de Pastaza; es así que con fecha 21 de junio del 2000 se crea la Federación de la Nacionalidad Shuar de Pastaza, Fenashp,  reconocida legalmente mediante Acuerdo Ministerial 21-86 por parte del Ministerio de Bienestar Social, el 16 de febrero del 2001. La Fenashp, se convierte, actualmente, en el único organismo representativo de los Shuar de Pastaza.

UBICACION GEOGRAFÍA, TERRITORIO Y POBLACIÓN
Son aproximadamente 45.000 personas en total que habitan en las cuencas del río Santiago, Morona y Pastaza. Ocupan el Este de la Provincia de Zamora y Morona Santiago y el Sur de la Provincia de Pastaza.
“ La Nacionalidad Shuar inicialmente se encontraba asentada, en los territorios que hoy corresponde a la provincia de Morona Santiago, para luego extenderse al resto del territorio amazónico. Actualmente se encuentran además en las provincias de Napo, Pastaza y Zamora Chinchipe, alcanzando una población de 110.000 habitantes”. (PRODEPINE 1.999)
En Pastaza, los indígenas shuar están agrupados actualmente, según la Federación de la Nacionalidad Shuar de Pastaza, Fenashp, en: 28 comunidades pertenecientes a  tres asociaciones: Pupunás, Pastaza y Charip, con una población total de a 5.500 habitantes, (2001) en un territorio aproximado de 300 mil hectáreas hasta la frontera con Perú.
Las comunidades shuar, en Pastaza son: Chapints, Unt Pastaza, Shaka, Kumai, Kuakaash, San Pedro, Kawa, San José, Numak, Paipuich, Jampis, San Rafael, Shakap, Sharup, San Miguel, Timias, Yantana, Peas, Nayumentsa, Kapar, Tesaraku, Uwijint, Nankauk, Yuu, Consuelo y Sake; todas estas comunidades se ubican al interior de la vía Puyo-Macas y en las riberas del río Pastaza, al sur. Su territorio está delimitado por el número de familias que conforman y es reconocido por las autoridades.


 




 
COSTUMBRES, MITOS Y LEYENDA DEL PUEBLO SHUAR
Su idioma tradicional es el shuar-chicham, perteneciente a la lengua lingüística jivaroano. La subsistencia se basa principalmente en la horticultura itinerante de tubérculos, complementando con la caza, pesca y recolección que son realizadas por el hombre; el cuidado de la parcela y también  de la recolección, le corresponde a la mujer. Ella está a cargo de  los niños y de las labores del hogar, particularmente de la preparación de la chicha y de la cocina.
Utilizan el sistema de cultivo de roza y quema. La caza es la principal fuente de proteínas, complementando la alimentación con la pesca y recolección de frutos, insectos y plantas. Sin embargo, en la actualidad la mayoría del tradicional territorio de caza está siendo sustituido por pastizales para ganado, lo que ha traído como consecuencia el agotamiento progresivo del suelo y una menor disponibilidad de tierras.
Esto ha ocasionado la implantación de un patrón de asentamiento sedentario, el mismo que está produciendo cambios en su sistema socioeconómico.
Tradicionalmente el asentamiento fue disperso, normalmente zonificado de acuerdo a las relaciones de parentesco. Actualmente su patrón de asentamiento se integra a la estructura político administrativa dirigido por sus organizaciones.
La vivienda es de forma elíptica, con un espacio interior muy amplio, en el que se encuentran dos zonas restrictivas; el “ekent”, área familiar de las mujeres y niños pequeños y el “Tankamash”. Área social, de los hijos varones y visitas; la casa shuar tiene  piso de tierra, paredes con tablillas de chonta y techo de hojas de palma.
La casa achuar  con ligeras variaciones estructurales carece de paredes por estar asentada en zonas más cálida. Una de sus instituciones más importantes es la visita; pues fortalece y cohesiona los lazos de parentesco e incentiva una mayor interacción social.
Tradicionalmente el hombre Vestía  una falda llamada “Itip” tejida en algodón y teñida con tintes naturales: la mujer, una especie de túnica amarrada en un hombro y ceñida a la cintura por un cordón.  En la actualidad es muy común el uso de prendas de modelo occidental.  Se complementa el vestido con  pintura corporal hecha con achiote.
La mitología shuar está estrechamente vinculada a la naturaleza y a las leyes del Universo, y se manifiesta en una amplia gama de seres superiores relacionados con fenómenos tales como la creación del mundo, la vida, la muerte, y las enfermedades. Los principales son Etsa, Nunkui, Tsunki, Shakaim de la fuerza y habilidad para el trabajo masculino.
Tsunki, ser primordial del agua, trae la salud.  Nunkui fertiliza la chacra, Arútam es fuente de todo bien y hace invencible al shuar en la guerra.Tradicionalmente el pueblo shuar hizo la guerra como mecanismo de justicia para restablecer el equilibrio natural.
Siendo Shuar la auto denominación general, sin embargo al interior de la nacionalidad, se adoptan distintas auto denominaciones, que no significan diferencias culturales, sino más bien, hacen referencia a la ubicación geográfica en la que se asientan; así encontramos a: Los Muraya Shuar (gente de la montaña) que están asentados en el Valle del río Upano; los Untsuri Shuar (gente numerosa) situados entre las cordilleras del Cóndor y Kutukú; los Pakanmaya Shuar que viven en la zona del Transkutukú.

 


La lengua materna, es el Shuar perteneciente a la Familia Lingüística Jivaroana según la clasificación estudiada por Karsten. Para su interacción con la sociedad nacional, emplean el Castellano como segunda lengua.
Actualmente se puede ver, la perdida del uso del Shuar en las comunidades, como consecuencia de la influencia de la sociedad nacional a través de la escuela y de los medios masivos de información, los mismos que imponen cada vez más, el uso del castellano como lengua dominante.

 




FIESTAS
Entre las fiestas que adoptaron de sus ancestros y que aun practican en la mayoría de sus comunidades shuar, podemos señalar la Fiesta de  la Chonta, que por lo general se celebra en agosto con danzas autóctonas y la cosecha de la fruta que es transformado en bebida; la Fiesta del Ayahuasca que por lo general lo celebran en enero con la caminata a las cascadas y montañas sagradas; la Fiesta de Floripondio o wanto.


ACHUAR


RESEÑA HISTÓRICA
Los achuar al igual que los shuar forman un origen común, marcados  por un sedentarismo esparcidos en la región amazónica como eslabones de defensa de la selva. Los achuar no fueron guerreros tan marcados como los shuar “jíbaros” y tal vez los historiadores, por ello, han  generalizado antiguamente el vocablo shuar para referirse a ambas etnias. Originariamente los achuar y shuar han sido considerados como una misma etnia, por su origen histórico (ambos grupos practicaron la poligamia y muchos lo siguen haciendo, en el caso de los achuar las esposas eran generalmente hermanas) que poco ha poco han ido desprendiéndose para hacer conocer su lengua y su cultura influenciada por los misioneros, que les permitió adoptar costumbres occidentales combinadas con su ancestro al iniciarse el siglo XX y ya para entonces dejaron su patrón de asentamiento disperso para convertirse en comunitarios..
ORGANIZACIÓN
Tradicionalmente los achuar  han tenido un patrón de asentamiento disperso en la selva., cuya organización respondía a la práctica de la poligamia.
Como la mayoría de nativos de esta parte de la Amazonía Ecuatoriana, los Achuar buscaron un espacio propio de integración y un ente que los represente, por lo que luego de un proceso lento que se inició por los años 80 se logró consolidar la Organización Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador OINAE a finales de 1992, con personería jurídica mediante Acuerdo Ministerial, que luego se convirtió en la actual Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar de la Amazonía Ecuatoriana (FINAE), creada el 5 de noviembre de 1993, Acuerdo Ministerial  No. 5824, con sede en Puyo.
TERRITORIO, UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y POBLACIÓN
Los achuar están integrados en la Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador, Finae, que agrupa a los achuar o ashuar de Pastaza y Morona Santiago. Son aproximadamente 10 mil habitantes, distribuidos en 50 comunidades, ubicadas  en ambas provincias.

En Pastaza se encuentran 28 comunidades extendidas hasta la zona fronteriza con Perú. Los Achuar están ubicados en las cuencas de los ríos Pastaza, Capahuari, Bobonaza, Corrientes y Copataza (en la provincia de Pastaza) y Guasaga, Surik, Situch, Wichin, Mashumar y Makientza (Morona Santiago).
Suman en Pastaza un total de 1.959 habitantes. En total los achuar están en un territorio de 708.630 hectáreas, entre las dos provincias, según la Federación de la Nacionalidad Achuar del Ecuador, Finae.
En la Provincia de Pastaza, las 28 comunidades fueron adjudicadas durante el gobierno de Rodrigo Borja en 1992 y entre las principales, constan: Amuntay, Capahuari, Mashent, Bufeo, Copataza, Makusar, Numbaimi, Charapacocha, Shaimi, Yuntsunts, Ipiak, Ishpingo-Kapawi, Juycam, Kuchints, Kurinua, Maki, Wampuik, Waruits, Tarchiplaya, Wayusentsa, Chichirat, Suwa e Iniak, todos estos caseríos
CULTURA.- FORMAS DE VIDA ACHUAR
La lengua achuar pertenece al grupo etno lingüístico-cultural de los jivaroanos, al igual que de los shuar.
Tradicionalmente los Achuar han tenido un patrón de asentamiento disperso en la  selva, la casa estaba ocupada por una familia ampliada, cuya organización respondía a la práctica de la poligamia y el levirato (el hermano del que muere sin hijos se casaba con la viuda), por ello, la casa representaba una cantidad básica y autosuficiente de producción y consumo, no tenían jefes, salvo en caso de guerra. Desde hace unos 20 años, bajo la influencia de los misioneros y las organizaciones indígenas, los achuar han adoptado la modalidad en comunidades. La economía se basa en la caza, la pesca, la horticultura y la recolección, actividades que hoy están acompañadas de una incipiente producción agropecuaria.

Una de las diferencias que marca la vida entre  achuar y  shuar  se da en la bebida tradicional; pues los achuar beben el agua de  guayusa, que lo practican cada mañana para eliminar las impurezas del espíritu, entre tanto la bebida tradicional de los shuaras es la chicha de chonta.
Además los achuar, nunca practicaron el arte de las tsanzas, que dio tanta fama a los shuar a inicios del pasado siglo. La mujer achuar usa falda y camisa.  En el pasado, estos vestidos se hacían con corteza de árbol machacada, mientras la mujer shuar usaba una sola prenda como túnica.
El pueblo achuar lucha, al igual que los demás grupos nativos de la selva ecuatoriana, por lograr su supervivencia y auto determinación social con proyectos auto sustentables en la que se destaca el ecoturismo. La Finae, en convenio con la empresa nacional Canodros, desarrolló el primer complejo eco turístico nativo, ubicado en Kapawi, al sur este de Pastaza en plena frontera ecuatoriana-peruana junto al río Pastaza, que se constituye en uno de los mayores complejos eco turísticos naturales del mundo. (14)
Turismo:- Los indios achuar se encuentran orgulloso de haber implementado el más ambicioso proyecto de ecoturismo en al selva amazónica, a través de la empresa privada, en el sector fronterizo de Kapawi, que ofrece cabañas y turismo de aventura con buenas perspectivas.